Arte,música y algo mas

Abro este espacio para todos aquellos amantes de la cultura y las artes espero tenerlos por aqui envolviendose en la magia de la musica

Nombre: Toño Barriola
Ubicación: Veracruz, Veracruz, Mexico

Soy una persona muy amigable, soy amable, sincero, leal,pero tambien soy un tanto dramático, sentido, lunático y en ocasiones rencoroso, pero siempre tengo una sonrisa para cualquier persona que quiera conocerme.

miércoles, julio 19, 2006

El Seminarista de los Ojos Negros.

I
Desde la ventana de un casucho viejo abierta en verano, cerrada en invierno por vidrios verdosos y plomos espesos, una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio los seminaristas que van de paseo.
Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro,
que la beca roja que ciñe su cuello
y que por la espalda casi roza el suelo.
II
Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibujaba su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.
El solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
a la salmantina de rubio cabello,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
III
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el astío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.
Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste rezando y cosiendo,
la tal salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Pero no ve a todos; ve sólo a uno de ellos
su seminarista de los ojos negros.
IV
Cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa a la niña que pide aquel cuerpo
en vez de sotana, marciales arreos.
Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirle: -¡Te quiero!, ¡te quiero!
¡yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende, y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.
V
En una lluviosa mañana de invierno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.
Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro
con la beca roja por encima cubierto,
y sobre la beca el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos;
los seminaristas iban en silencio,
siempre en las dos filas hacia el cementerio,
como por las tardes al ir de paseo.
La niña angustiada miraba el cortejo,
los conoce a todos a fuerza de verlos...
Tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos,
el seminarista de los ojos negros.
VI
Corrieron los años, pasó mucho tiempo...
Y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
La labor suspende, los mira, y al verlos,
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.
Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
¡del seminarista de los ojos negros!
Miguel Ramos Carreón.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Bueno pues aki escribiéndo un pekeño recuerdo para el joven barriola mis más sinceros deseos de que te vaya bien en tus estudios y que sabes que eres una persona que no se rinde fácilmente, puedes contar con mi amistad incondicionalmente.

atte: christian

12:33 a.m.  

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